¿Por qué es bueno ayudar a los demás?

¿Alguna vez te has preguntado por qué te sientes tan bien cuando ayudas a los demás? Muchos psicólogos destacan el hecho de ayudar a otra gente como una de las claves para hallar nuestra propia felicidad. Dedicarle más tiempo a otras personas ofreciendo lo mejor de nosotros mismos es una manera tremendamente sencilla y eficaz para obtener una sensación de armonía y bienestar. Cuando actúas sin esperar ningún tipo de beneficio es cuando obtienes la retribución más gratificante. 

Algunos de los motivos más significativos para este fenómeno son los siguientes:

Muestras de afectos, felicidad para todos

Científicamente está comprobado que el sentido de pertenencia y aportación positiva a un grupo o comunidad genera individuos que se perciben más felices. Las muestras de afecto y la sonrisa están catalogados como gestos humanos capaces de provocar una sensación placentera en quien las recibe. A nivel orgánico producen más anticuerpos y equilibran nuestro organismo, y de hecho, el contacto físico se aconseja como fundamental en la relación de los padres con sus bebés.

Este tipo de gestos son los que fomentaremos en general si ayudamos a los demás.

Las muestras de afecto con el prójimo no tienen por qué ser materiales ni mucho menos, pero también está bien tener algún detalle de vez en cuando que exprese físicamente y de una manera palpable nuestro aprecio por los demás. Desde una tarjeta, flores, chocolates, quizás un libro o un buen reloj. No hay que esperar a un cumpleaños o una una fecha señalada. Además, por el principio de reciprocidad, si regalamos a los demás también recibiremos más regalos por parte de la gente de nuestro entorno. ¿A quién no le ilusiona una sorpresa de vez en cuando?

Echa una mano a los demás y serás más feliz

El verte útil en un sentido tan positivo, sube tu autoestima significativamente y consolida tus amistades que cada vez tienen un mejor concepto de ti mejorando la propia imagen que tienes de tu persona. De esta manera, encaras la vida con un mayor optimismo. Además, ayudando a gente que lo necesita, eres más consciente de tu propia situación y te sirve para darle más valor a las cosas buenas que hay en tu vida.

Con una actitud proactiva y solidaria con los demás, estimulas a los otros a hacer lo mismo predicando con el ejemplo. Crearás un círculo alrededor tuyo que reproduzca actitudes positivas de cooperación, confianza y bienestar y estarás aportando un granito de arena para formar un entorno con un bienestar común.

Compartir es vivir, el ser humano es un ser social. El sentido de pertenencia, colaboración y vivencia de experiencias en un grupo mejora notablemente el estado emocional de las personas. Ya sea un pastel, una cena, un viaje. La sensación de disfrute aumenta cuantiosamente al compartirla con alguien más.

La felicidad personal va de la mano con la de los demás. Sustituyamos sentimientos como la envidia por la empatía, no hay excusas para no ser feliz.
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“Nadie que haya aliviado el peso de sus semejantes habrá fracasado en este mundo.”
Charles Dickens
Cuéntanos que sientes cuando ayudas, tu testimonio animará a otras personas a ayudar.